El otro día, en mi pueblo, tomando café en el bar, vi una cesta navideña que, como en muchos otros lugares y circunstancias, se sorteaba entre los parroquianos, previa compra de un boleto, cuyo número habría de coincidir con las últimas cifras del sorteo navideño de la lotería. Hablando de todo un poco, me comentaba el propietario, que este año estaba vendiendo menos boletos solo por el hecho de que la cesta navideña incluía una botella de Cava catalán. Inevitablemente la conversación derivó en polémica y discusión política hablando ¡cómo no! Del estatuto catalán, del archivo histórico provincial, de Carod Rovira y de todo lo aledaño.

[photopress:art_bosque_01.jpg,full,left]Haciendo repaso mental posterior, me di cuenta de cual era el error fundamental de toda esta polémica de los estatutos autonómicos, de las ansias de independencia y de demás fuegos de artificio que enmascaran la cruda realidad y desvían nuestra atención de otros temas que, en mi modesta opinión, merecen más la atención: por ejemplo, centrémonos en el problema del archivo histórico provincial; unos quieren llevárselo, otros no quieren que se lo lleven, y entre todas estas polémicas, se llevan Globalia a Palma de Mallorca, cierran la azucarera, trasladarán Mirat y seguiremos sin autovía a Madrid, pero eso sí, habrémos lucido pancarta pro-archivo en la plaza mayor, habremos fletado autobuses a costa de los impuestos salmantinos de, entre otros, ciudadanos que antes trabajaban en la azucarera o en las oficinas centrales de Halcón Viajes. ¿Qué despropósito es este? ¿Por qué prestamos más atención a unos papeles, que yo en mi vida he visto, que a la pérdida de puestos de trabajo y de riqueza en la región?

Al final, entre tantos dimes y diretes, los catalanes se llevarán el archivo y montaremos en cólera, no volveremos a tomar cava ni turrón de avellana, sin olvidarnos de las pizzas de la empresa que patrocina al Español club de fútbol, pero cuando se llevan lo que genera riqueza en la región… no nos importa, nos da igual, siempre y cuando no seamos uno de esos desafortunados trabajadores que han visto como su puesto de trabajo se ha ido al garete. En lugar de maldecir a los catalanes ¿no sería mejor aprender de ellos a barrer para casa? ¿Qué quieren el archivo? Pues que se lo lleven, ¿qué quieren decir que el Lazarillo no era de Tormes sino del Llobregat?, pues que lo digan, pero que me dejen lo que de verdad genera riqueza, aunque de mal olor como la azucarera, porque es mucho más importante. El archivo solo es un precio político que hay que pagar para no hacer otro tipo de concesiones, sin embargo el grupo Globalia era una empresa que iba a generar riqueza y puestos de trabajo, y nadie fletó un autobús para protestar, nadie exhibió pancartas en el balcón de su casa, simplemente nos olvidamos porque nuestro puesto de trabajo no estaba en juego, y en el futuro, no os creáis que se van a podar esos árboles que no nos dejan ver el bosque, se les va a fertilizar más para que su ramaje sea más tupido y puedan llevarnos por la calle de la amargura sin que alcemos la voz, pues nuestra voz, estará ocupada en defender otras causas.