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Tras la resaca de la noche de reyes, el 6 de enero amanecí con el estupor grabado en mi frente: tras una ojeada rápida a la prensa on-line veo que los titulares de todos los periódicos están dedicados a un militar y a su polémico discurso pronunciado en Sevilla con motivo de la Pascua militar. En dicho discurso, se venía a decir que el ejercito estaba para garantizar la unidad de España y que si “algún estatuto” la rompía, el ejercito estaría ¿obligado? a intervenir en virtud del artículo 8 de la constitución española:

Artículo 8.
1. Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejercito de Tierra, la Armada y el Ejercito del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.
2. Una Ley orgánica regulara las bases de la organización militar conforme a los principios de la presente Constitución.

Lamentablemente, mi memoria histórica es demasiado reciente, mi mente infantil no me permite recordar cómo se sintieron los mayores aquel 23-F de 1981, pero desde luego que, después de este incidente, estoy bastante próximo a saberlo. El caso es que la reacción a estas declaraciones no se ha hecho esperar: se ha arrestado domiciliariamente al general que pronunció el discurso (teniendo en cuenta que vive en el cuartel, tendrá que mandar al chaval a por tabaco, pero el resto no cambia), el próximo consejo de ministros lo destituirá en su reunión semanal (ni siquiera se merece una reunión extraordinaria) , Bono nos dice que es un caso aislado y con eso nos tenemos que dar por conformes, dar carpetazo y olvidarnos de todo.

Y yo me lo tengo que creer ¿verdad? Tengo que pensar que ese general solamente ha expresado una opinión personal, que no representa a nadie salvo a si mismo y que no conocía las consecuencias de lo que iba a decir cuando redactó el discurso. Me tengo que creer que un mandamás del ejército es gilipollas y cuando se mete en esos berenjenales no ha sondeado antes un respaldo, aunque solo sea moral y nadie se haya atrevido a secundarle. Pues no me lo creo, me parece bastante claro que hay malestar en el ejército y que no se trata de un hecho de enajenación mental transitoria de un general, de hecho, el presidente de la asociación de militares españoles (AME) ha aplaudido las palabras de este militar:

EL MUNDO 08 Enero 2006
(…)el presidente de la Asociación de Militares Españoles (AME), José Conde Monge, aplaudió las palabras pronunciadas por el ‘número dos’ del Ejército de Tierra y criticó que haya sido sancionado «por defender la Constitución»

Pues que me perdonen, pero yo, después de leer este extracto del discurso, no me creo que sea una opinión personal ni un hecho aislado, creo que nos tendrían que dar más seguridad de que el ejército no va a intervenir en el devenir político, que de golpes de estado militares no estamos precisamente faltos en nuestra historia:

EL PAIS 09 Enero 2006
«Quiero expresar» (…) «las inquietudes y preocupaciones de cuantos formamos parte de las Fuerzas Armadas en los momentos que estamos viviendo. Por razón del cargo que ocupo, no debo, en actos como éste, expresar opiniones. Pero tengo la obligación de conocer los sentimientos, inquietudes y preocupaciones de mis subordinados y transmitirlos a la máxima autoridad del Ejército, y hacerlos públicos, por expreso deseo de aquéllos. (…)