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No sé si algún sabio se habrá fijado alguna vez en la relación que hay entre la personalidad de la gente y las cosas en las que se gasta su dinero. Pues si no lo ha hecho nunca nadie, alguien debería hacerlo. Pongamos un ejemplo: el frustrado concierto de los Rolling Stone en Valladolid. Resulta que ese concierto estaba subvencionado por la Junta por un importe que va de 1 a 3 millones de “aurelios” dependiendo de a quien se pregunte. Al margen de dimes y diretes sobre la cancelación, al margen de localismos de los de “siempre Valladolid”, el caso es que parte de la entrada estaba subvencionada, pero para acceder a esa subvención no hacía falta ni siquiera ser castellano-leonés. Pongamos un ejemplo: un asturiano compra una entrada para ese concierto porque es el que más cerca le pilla. Bueno, pues está cobrando una subvención de unos 30 “lauros” si comparamos el precio de las entradas de Valladolid y de otros lugares como Madrid o El Ejido.Veamos los defectos de forma del asunto:

  • En primer lugar, la subvención se destina al consumidor, y no al productor. Nada nuevo, más de lo mismo o lo de siempre serían las frases hechas que vienen al caso. Y yo me pregunto ¿se subvencionaría de igual forma un concierto de los Segovianos LUJURIA? Es decir, en lugar de dirigir esas partidas presupuestarias a producir (subvenciones a grupos regionales que intentan asomar la cabeza, créditos a fondo perdido para la grabación de discos, concursos de talentos, o al menos exigir que haya algún telonero de la región…) se dirigen a fomentar el consumo.
  • Supongamos que alguien dice: esto fomenta el turismo. Vale, ¿y no está Soria más necesitada de este tipo de iniciativas? O sea, por un lado apelamos a la ruptura de la solidaridad entre regiones cuando criticamos el “Estatut catalá” y por el otro fomentamos la discriminación de las provincias más desfavorecidas de la región. Imagínate el eslogan: “pásate un fin de semana en Soria, visita el cañón de Río Lobos, las ruinas de Medinaceli, el Burgo de Osma y, como colofón, asiste a un concierto de los Rolling en la capital.” Eso si estaría bien y si justificaría la promoción del turismo.
  • En tercer lugar: ¿por qué los Rolling? ¿No se podía haber sido un poco más original? Si no hubiese sido por las sucesivas cancelaciones, hubiesen estado a tiro de piedra, en Madrid, y aquí, en nuestra región se podía haber traído a otros grupos como AC/DC, Metallica, Iron Maiden, Scorpions que están de gira por España, Deep Purple que ya tocó en Salamanca el pasado Julio…. (incluso todos a la vez por el mismo dinero que los Rolling) Pero no, tenían que ser los Rolling, lo más caro que hay ahora mismo. Bueno, me consuelo con pensar que al menos no ha sido un “triunfito”, que bastante subvención han tenido ya con la pasta que puso TVE para promocionarlos en su día.

En fin, yo pensaba que el dinero común, o lo que es lo mismo, los presupuestos comunitarios, debía destinarse a cosas que beneficien a una mayoría, ya sea a corto o a largo plazo, a producir más que a consumir, es decir, iniciativas relacionadas con la producción de cultura, que no se destinen 1 o 3 millones de euros a un concierto y tengamos a María Giménez (directora de la compañía de danza Arte 369) reclamando más subvenciones para la danza, o decenas de grupos musicales en toda la geografía comunitaria sin dinero ni para un miserable local de ensayo. Esta claro que si entre los que deciden no hubiese ni un solo fan de los Rolling, esto no se habría hecho.
Ahora volvemos a la cuestión del principio: ¿es fiel reflejo de lo que somos aquello en que nos gastamos el dinero? Pues si, majete, esto es así, y el ejemplo antes expuesto es un síntoma de ello: somos egoístas y caprichosos, lo que queremos es ver a los Rolling a la puerta de casa, no trabajar por el futuro de la región. Es como aquel que se compra un mercedes y luego vive a base de patatas cocidas todo el mes: lo importante es la apariencia y si tengo a los Rolling parezco otra cosa, aunque no tenga ni un kilómetro de autovía en Soria. Y paro ya que me cabreo.

P.D. Me da igual que se haya cancelado el concierto, con la edad que tienen lo raro es que no cancelen más.

¿Rolling Stones? no gracias


Imágenes: Darco y Alberto Alvarez-Perea