Sede, lugar físico donde se ubican los edificios centrales y órganos rectores. Económicamente, todos sabemos que es donde se genera más empleo, donde se pagan más impuestos, donde se centralizan compras de bienes y servicios. A su alrededor, viven muchos pequeños proveedores. Como ejemplo palpable tenemos a Globalia; cuando trasladó su sede a Mallorca, se perdieron muchos puestos de trabajo, muchos seguros sociales, muchos impuestos, muchas ventas de pequeñas empresas. Igual sucedió con el Banco de Castilla al ser absorbido por el Banco Popular. Si pensamos en sedes “públicas”, tenemos que las Cortes de Castilla y León cambiaron Fuensaldaña por Valladolid. Si la semana de la moda de Castilla y León se hace en Burgos, allí se llenan hoteles, restaurantes, comercios, imprentas, informáticas. Si desde la propia Junta afirman que Salamanca es la capital del español para extranjeros, algún listo ubicó la sede del Instituto de la Lengua Castellana en Burgos. Ello ya ha generado mucha economía y generará más. A Valladolid le tocó la pedrea con la Fundación de la Lengua española. Si Salamanca es Capital Cultural, la Orquesta Sinfónica de Castilla y León y la Joven Orquesta residen en Valladolid. Ahora le toca el turno a la capital financiera. Si los salmantinos no luchamos para que sea Salamanca, ya podemos ir presumiendo de ser el principal pueblo de la Provincia de Pucela. ¿Transpiramos o suspiramos?.
