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Dice la Constitución que todos los españoles somos iguales ante la ley. En la futura modificación de nuestra Carta Magna debiera añadirse: Todos los españoles residentes en España y según sus circunstancias personales, familiares y patrimoniales pagarán los mismos impuestos vivan donde vivan.

El  desmadre provocado por la cesión de  muchos impuestos del Estado Central a las Autonomías y Ayuntamientos está  provocando verdaderos paraísos fiscales como es el caso de Madrid.

Madrid, al ubicarse en ella la casi totalidad de las multinacionales ingresa mucho más que el resto en el Impuesto de Sociedades y de Actividades Económicas y ello le da para reducir de forma injusta el resto de impuestos, provocando un efecto atracción que acabará con las economías cercanas como son las de Castilla y León, Castilla-la Mancha y Extremadura.

Actualmente ha rebajado al mínimo la parte del Impuesto sobre la Renta de las personas de tal forma que un ciudadano español ubicado en Cataluña o Andalucía,  paga casi un 13% más  que si su domicilio fiscal está en Madrid.

Si hablamos del Impuesto sobre el Patrimonio,  Madrid lo sigue teniendo bonificado pero Castilla y León con la crisis no ha tenido más remedio que volver a cobrarlo. Dada la cercanía, las personas con patrimonio alto se están trasladando fiscalmente a Madrid para evitarlo.

Si hablamos del impuesto de sociedades, hay empresas que se ubican fiscalmente en Madrid porque tienen muchas menos probabilidades de ser investigadas por la Agencia Tributaria.

Si hablamos del coste de tasas y servicios públicos, el Ayuntamiento y la Comunidad  de Madrid acaban de anunciar fuertes rebajas de los mismos sin tener en cuenta el gran impacto negativo que provoca en el resto de Comunidades.

Pero, eso sí, los de Madrid presumen mucho de ser “españolistas” tachando de anti-españoles a otros ciudadanos que viven en Comunidades periféricas.

Señores del Gobierno Central, ustedes tienen que generar leyes para que todos los españoles paguen lo mismo vivan donde vivan  y bonifiquen solamente a los ciudadanos que son capaces de irse a vivir a las despobladas zonas rurales con muchas menos infraestructuras sanitarias, educativas, culturales, industriales o comerciales. A esto  se le llama una correcta política  de distribución espacial evitando así la terrible fuerza de Coriolis madrileña.

Desde estas líneas y por enésima vez se propone una revolución fiscal anulando todos los impuestos y gabelas para dejar solamente cuatro: IRPF, Patrimonio, Sociedades e IVA, debiendo ser iguales en todo el territorio. Y todos los españoles deben hacer su declaración. Los menores de 18 con sus tutores. Y quien no declara, no podrá votar en las elecciones. Algo así como ocurre en las Comunidades de Propietarios cuando no se paga.

Querer cobrar impuestos a través de los derivados del petróleo o del recibo de la luz, el gas o los seguros es simplemente una forma canalla y demagoga de vender bajadas de impuestos a ciudadanos sin conocimientos fiscales  cuando realmente sube insoportablemente la presión fiscal para los ciudadanos con menos recursos.

 


Texto | Chibus