Missing, foto de Sleeky

Tengo un amigo que ya ha recibido su primera “tarjeta negra” de la Agencia Tributaria. Al parecer había discrepancias con las que no estaba de acuerdo, pero por no tener demasiado tiempo en discutir, ir y venir a Hacienda, pasar por el maldito aparato de la entrada-que siempre le pitaba-, nuestro ínclito ciudadano, decidió “pasar por el aro”, en este caso, del funcionario, admitiendo la rebaja en su declaración. Cada día miraba su cuenta corriente, pero como el dinero no llegaba, llamó al Agente y este le indicó que ya recibiría otra carta con la modificación. Efectivamente, al poco tiempo, le llega otra carta con “tarjeta negra” -y van dos-, en la que le informaban del “recorte” . Vuelve a pasar por la máquina que le pita -¡qué tortura!-, firma sus nuevos papeles y al poco tiempo le abonan su retraído dinero, ¡qué tranquilidad!. Pero como si el Tiranosaurius Rex abriera un ojo, ¡zás!, otra carta con tarjeta negra –y ya son tres-. En ella le informan que habían enviado su importe al Banco. Nuestro amigo, que ve demasiado fútbol, me dice está muy preocupado ya que con tres tarjetas negras no sabe si está “fuera de juego” de Hacienda o de este Mundo. Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios, si Hacienda te manda cartas, que no se te pare el corazón. ¿Les suena esta canción?; ¿Agencia Tributaria, mejor tarjetas verde-esperanza?.

 


Foto | Sleeky