Foto de Korny.Brot

Alemania entró en esta crisis económica tres años antes que España y está saliendo de ella -ya veremos si definitivamente- muy fortalecida. Su organización social tiene aspectos positivos y negativos. Nosotros deberíamos copiar, o al menos debatir, aquello que les ha permitido mantener un envidiable bajo nivel de desempleo, aún a costa de perjudicar su productividad y sus costes laborales. Una de estas medidas la denominan “kurzarbeit” y consiste en una reducción temporal -hasta 24 meses- de la jornada laboral, a cambio de no despedir a nadie. Los trabajadores ven rebajados sus salarios entre el 60% y el 67%, dependiendo de sus cargas familiares. El resto del salario lo paga el Estado en lo que aquí llamamos “paro”. Los seguros sociales son igualmente repartidos entre empresas, trabajadores y estado. Todos estos expedientes tienen que ser consensuados entre la patronal y los sindicatos. Si no hay acuerdo, no hay “Kurzarbeit”. En España hemos optado por los expedientes de regulación de empleo o el despido, sin pensar en la angustia que supone la inactividad de cuatro millones de españoles, despilfarrando todos sus conocimientos, habilidades y cualificaciones. Las mismas que necesitaremos para salir de la crisis. Cristianos y socialistas deberían estar de acuerdo en optar por el reparto del trabajo y del capital en su visión más humanista y solidaria.

 


Texto | Chibus
Foto | korny.brot