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Salamanca, capital del debate fiscal de la Democracia Española

Los sistemas fiscales implantados se ponen a prueba en las crisis económicas. Es evidente que el Sistema Fiscal de la llamada Transición, “parcheado” por cada Gobierno, hace aguas por babor, estribor, proa y popa. Los “padres” de la fiscalidad idearon una nueva fiscalidad para la etapa democrática pero los gobernantes fueron incapaces de eliminar los impuestos anteriormente establecidos. El problema de España es que perviven los dos Sistemas Fiscales 39 años más tarde.

Es increíble que a estas alturas se pague por hacer una hipoteca, hacer una novación de la misma (para las empresas) o por iniciar una actividad empresarial o iniciar una obra. Se siguen pagando impuestos repetidamente por el mismo “hecho económico” como ocurre con las donaciones o herencias. Son miles las deducciones y exenciones

El resultado es “terrible”, perjudicando notablemente la resolución de la crisis. La carga impositiva recae sobre todo en la clase trabajadora o en las empresas que deciden llevar sus cuentas sin el llamado “dinero negro”. En este último caso compiten en régimen de fuerte desigualdad solo por cumplir con las leyes.

Si se suman todos los impuestos Estatales, Regionales y Locales, una viuda con una pensión de 650 euros y vivienda propia paga un tipo de gravamen próximo al 50% mientras que otros mil veces más ricos no pagan ni un 25%. Por otro lado tenemos la variable espacial, un Señor que vive en Barcelona y gana 60.000 euros, tiene una vivienda propia con hipoteca y un apartamento en la costa, pueblo o montaña, paga mucho más que otro Señor que vive en Madrid, auténtico paraíso fiscal Ibérico.

España con este “Sistema Fiscal Duplicado” recauda 80.000 millones menos de lo que debería y nuestra Deuda Pública se dispara y se recortan las ayudas “sociales”.

Es decir, no necesitamos una nueva Ley Fiscal, necesitamos una “revolución fiscal”, la Ley Fiscal de la Democracia que eliminando completamente la fiscalidad anterior sea suficiente para cumplir con nuestros acuerdos internacionales y necesidades sociales y de inversión pública. Esta nueva Ley tendrá que ser suficiente, justa y transparente para perseguir fácilmente a los “evasores” de impuestos que tanto daño nos hacen.

Puede ser fácil, primero se eliminan todos los impuestos y se dejan tres: Por lo que gano (IRPF y Sociedades), por lo que tengo (I.Patrimonio) y por lo que gasto (IVA). Unos impuestos “controlan” a otros y se pueden subir o bajar cada año o por cada gobierno según sus necesidades o ideologías políticas. Como ejemplo de eliminación tendríamos el IBI ya que iría incluido en el de Patrimonio. Otros impuestos serían los llamados “especiales” que se incluirían en el IVA. De la recaudación se encargaría una Agencia Tributaria Estatal independiente con Delegaciones en cada Provincia. Los impuestos se repartirían copiando un modelo federal. Un 30% para el Estado, un 30% para la Región y un 30% para lo Local. El 10% restante para compensar a las Regiones más pobres teniendo en cuenta los habitantes- 60%- y la extensión territorial -40%-. Esto destaparía a los políticos demagogos que abundan por doquier.

Una vez más Salamanca lo tiene todo para debatir tranquilamente la nueva Ley, tenemos Facultad de Derecho y Empresariales, aire puro y gran Palacio de Congresos