Los economistas de “andar por casa” que proponemos un nuevo modelo económico que sustituya a los ya superados “comunista” y “capitalista” y que hemos denominado “modelo económico fractal”, apoyamos la iniciativa de algunos barrios en los que los comerciantes nos invitan a comprar en sus comercios.
Esta iniciativa tiene toda nuestra “bendición” sin caer en la tentación del “falso localismo” que sirve de excusa a muchos para trasladar a nuestros bolsillos sus propias incompetencias. Es decir, siempre hay que seguir en guardia.
Esta propuesta tiene los tres “componentes” básicos que deben tener todas las buenas relaciones humanas:
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1.- Pedir: nuestros comerciantes más próximos nos lo piden por favor y así luchar contra la desaparición de muchos pequeños negocios cuyos propietarios y empleados conviven con nosotros, el barrio sin ellos sería como una ciudad “fantasma”
2.- Ofrecer: Hace tiempo que se han puesto las “pilas” para estar al día en la oferta, en los precios y en calidad de su servicio.
3.- Acordar: Si nos piden y nos ofrecen, lo normal es que los ciudadanos de ese barrio en situación de competencia “próxima” prefiramos comprar aquí que no a muchos kilómetros del mismo, incluso en ciudades lejanas.
Con estas tres premisas es fácil cumplir con un reto común como es el de prosperar económicamente todos a la vez. Se ha comprobado que si de la economía se aprovechan solo unos cuantos, al final todo quedará “patas arriba” con incremento de la pobreza, la violencia de todo tipo (contra las personas, contra la propia familia, contra los amigos y contra las autoridades). La economía al servicio de la mayoría.
La rehabilitación integral del barrio debe empezarse por la “social”. Los funcionarios del Ayuntamiento deben conocer cada casa de la zona como la “palma de su mano”. De esta forma las ayudas no dependerán tanto de quien maneja mejor la burocracia. Mejor ir a las casas que no esperar a que las casas vengan al Ayuntamiento.
Una vez conocido el “mapa social del Barrio” consensuar la transformación física de entradas al mismo, del estado de sus viviendas, de su pequeño comercio, de su oferta cultural, educativa, sanitaria y religiosa. También su eficiencia energética.
Y al final, ofrecer el Barrio como si fuera un producto de Marketing, para ello la Asociación del Barrio debe realizar cada cierto tiempo actividades que fomenten la llegada de “forasteros” que sepan apreciar sus novedades. El Ayuntamiento debe favorecer la sana competencia entre barrios apoyándoles en sus iniciativas.
Y así barrio a barrio la ciudad se construye con buenos cimientos, sus bases son más sólidas y habrá turismo que quiera pernoctar una semana porque podrá ver su precioso casco histórico y cada día un barrio, disfrutando de productos de calidad a precios competitivos. Algún barrio ya lo está haciendo con éxito, copiemos del éxito.
