piedra

Conozco a una persona, hombre para más señas y residente en Salamanca, que cuenta que en su casa hay un cesto mágico. Dice que el cesto tiene una tapadera transparente y está empotrado en una especie de mueble con botones y ruedecitas. Confiesa que él nunca se ha parado a averiguar que son esos botones y para que sirven por que lo único que tiene que hacer es arrojar en ese cesto su ropa sucia. Da igual que la ropa sea blanca o de color, que sean pantalones, camisas, calcetines o ropa interior. Todo va al cesto mágico.

Esta persona cuenta admirada que tiempo después de arrojar en el cesto mágico su ropa sucia ésta aparece limpia, planchada y cuidadosamente doblada en los armarios y cajones correspondientes. Magia pura me dice entusiasmado.