Foto de Darco TT

Parece, que con la crisis, este año, el personal se ha adaptado mejor que otros al cambio de horario. Me cuenta un honrado ciudadano, que el primer día de primavera se había levantado como si la hora no la hubieran cambiado. Al salir de casa, el sol le hizo un guiño, y animado por el extraño suceso, decidió dar un paseo por la orilla del Tormes. Allí donde se hace más ancho, una brisa arrancó una pequeña ola, y el agua, con voz cristalina, le dio los buenos días. Temiendo estar un poco enajenado por la nueva estación, decidió incorporarse al trabajo en las tierras altas. En el camino, un gamberro había sacado el ojo derecho a unos pacíficos coches correctamente aparcados. Al atravesar una plaza, tres pinos lloraban amargamente porque los servicios arbóreos municipales les habían mutilado los brazos. Unos gorriones posados en la rama más alta, piaban poca sombra para los jubilados que nunca van de vacaciones en verano. Sorprendido por lo que estaba ocurriendo y siendo las ocho en punto de la mañana, a la puerta de una conocida Entidad Financiera, el cajero le decía a una persona sorda que no estaba “operativo”. Está claro, la primavera ha llegado y nos ha sorprendido. Disfrutémosla, por si el próximo año, no nos cambian la hora, y el sol se torna perezoso.

 


Texto | Chibus
Foto | Darco TT