Esparragos

Hoy hemos abierto un bote de esparragos que nos habían regalado junto a otras «viandas» y nos hemos encontrado con la sorpresa que puede observarse en la imagen superior. Demasiadas veces las cosas no son lo que parecen.

No tiene mucha importancia aunque quien me iba a decir que un bote de esparragos medio vacío, o medio lleno, iba a hacer que me pusiera a escribir y divagar. Menos mal que después de comer solo me he tomado un café, que si me hubiera tomado unas copitas… Y es que todavía quedan unos días para que llegue la navidad, aunque muchos se empeñen en que las navidades cuanto antes lleguen mucho mejor (para ellos).
En esas fechas después de las comidas en casa de familiares o amigos parece imperdonable no tomarse un copita. No sé que pasará con el «champán», por que este año como nunca beber una marca u otra puede tener muchas connotaciones. Vete tú a saber que opinarán de mi si les ofrezco «cava catalán» o si en cambio ofrezco «burbujas cantosán» (o similares). Creo que tomaré una decisión salomónica y me inclinaré por la sidra. Ya sé que la sidra no se parece en nada al cava, pero cuando era pequeño en mi casa tomábamos sidra en vez de champán por navidades. Venía a ser como lo que pasaba con la achicoria y el café en la España de hace cincuenta años, la achicoria no tenía nada que ver con el café pero se tomaba como sustituto. A mi el café me encanta, pero no puedo decir lo mismo del cava, sea de donde sea.

También la sidra El Gaitero puede llegar a no ser lo que parece, al menos para algunos, y es que en estos tiempos de «boicot si» y «boicot no» pasa un poco como con el bote de esparragos de la foto, que una cosa es lo que se ve por fuera, y otra lo que hay dentro. Vivimos en una época de medias verdades y verdades a medias y demasiadas cosas son como ese bote de espárragos.