Charla, foto de Ratziel

Sufragio, “suffragium”, ayuda, auxilio. Los ciudadanos, como miembros de una Organización política tienen el derecho y el deber de ayudarla, ejerciendo, por ejemplo, el voto. Históricamente ha habido muchas formas de exclusión de ese derecho: por razón política, de raza, grupo étnico, género, clase social, religión, estar penado, incapacidad psiquiátrica, ser extranjero. Es evidente que cada grupo va ganando ese derecho con esfuerzo, a nadie se lo han dado “gratis”. Hemos dejado apartado, por ser objeto de este escrito, la exclusión por razón de edad. En los distintos Estados Democráticos, la edad para ejercer el derecho al voto oscila entre 15 y 21 años. Argumentando algunos motivos, se propone que en España sea rebajada hasta los 16 años. Nuestro sistema educativo considera obligatoria la enseñanza hasta los 16, y al mismo tiempo, que ya se puede trabajar. Igualmente es una edad básica en las responsabilidades penales. En el debate sobre el aborto se observa claramente que los legisladores conceden a esta edad como la mínima para tomar decisiones sin el permiso de tutores. Por todo ello, derechos y obligaciones, a los 16 años. Los demócratas partidarios del sufragio universal, estarán a favor. Los políticos que tienen miedo a perder elecciones por la incorporación de estos votos, estarán, como siempre, en contra. “¿De acuerdo, colegas?”

 


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