En cualquier estado de derecho que se precie la Justicia es algo muy importante. En España, desde hace mucho tiempo, todos hemos pensado más de una vez que la Justicia dejaba mucho que desear, muchos y muchas veces que era deficiente, buena parte de los ciudadanos pensábamos que era un caos y algunos que era simplemente una «mierda».
Al retraso «secular» de nuestra administración de Justicia, a su incompetencia, a su distanciamiento de la sociedad democrática y moderna que creíamos y que queríamos que fuera la que existiera en nuestro país, a esas reformas penales que por ansiadas parece que nos dejaban con peor sabor de boca una vez realizadas, …. a todo eso se ha unido estos días otra más, otra vergüenza más para nuestra Justicia. No es sólo un fallo, no es sólo una metedura de pata, no es sólo algo más… es un símbolo de lo mal que están las cosas. Una vergüenza, una auténtica vergüenza.
Otro día hablaremos de la huelga de los funcionarios de la administración de Justicia que todavía continúa. No quiero mezclar una cosa con otra por que es un asunto distinto a la desgraciada muerte de esa pequeña que podía haber sido evitada si no fuera por nuestra vergonzosa Justicia, pero es el ciudadano el que siempre sale perdiendo y es quien sufre las consecuencias de lo mal que funcionan las cosas en la Administración.
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