Dice un proverbio español que cuando soplan vientos de cambio, algunos levantan muros, otros construyen molinos y algunos cambian de chaqueta.
Los que creemos que el modelo económico fractal es el que nos sacará de esta crisis, estamos proponiendo aprovechar al máximo los recursos actuales ya que los nuevos son más difíciles de conseguir, siendo conscientes que el dinero escasea.
Las Ciudades Patrimonio de la Humanidad españolas tienen un denominador común y es el de apostar por el turismo de calidad. Si los turistas vienen a visitarnos y se les trata con exquisita hospitalidad en todos los sentidos, pedirán nuestros productos de calidad y de ello se beneficiará toda la economía generada por nuestra agricultura, ganadería, industria agroalimentaria, comercio en general, hostelería, producción artística y otros servicios. Es decir, el turismo de calidad es también una clara apuesta para salir de esta larga y cruda crisis económica.
Y copiar no es malo si la dicha es buena. Por eso en esta ocasión propondremos que Renfe y las Ciudades Patrimonio de la Humanidad formen un consorcio para crear el “Tren Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España” al igual que hizo con el “Al Ándalus” allá por 1983, auténtico Palacio Rodante considerado como uno de los más lujosos del mundo. Ahora promociona Andalucía hasta el Camino de Santiago.
Se podrían utilizar las actuales vías ya que este tren no necesita ir a demasiada velocidad. Solo habría que invertir en nuevos vagones para diseñarlos especialmente para la ocasión. En este tren se ofrecerían comidas con productos de calidad de cada una de las ciudades además de películas, videos y fotografías.
Todo este esfuerzo inversor tendría un canal de oferta a través de un paquete turístico que se ofrecería a través de agencias de viajes e internet. Quince días para conocer todas las ciudades y disfrutar de los muchos placeres que encierran. A este paquete turístico se podrían vincular hoteles y residencias, restaurantes, comercios y otros negocios a través de una tarjeta de usos múltiples-incluidos los financieros-, especialmente diseñadas con descuentos durante el trayecto y descuentos en compras futuras por internet de nuestros productos, acortando la cadena comercial.
Otro tren ya casi mítico en España de este tipo es el “Transcantrábrico” que sus usuarios han calificado como un crucero rodante de cinco estrellas.
Entonces si tenemos las infraestructuras y tenemos los modelos, solo queda poner y con urgencia este nuevo tren que abarcaría más capitales y más territorios por lo que vertebraría más España que los citados anteriormente.
El turismo internacional está pidiendo a gritos este tipo de turismo que vendría a completar el de playa. De esta forma España y Salamanca saldrían de esta crisis levantando molinos en lugar de muros contra el viento. ¿Fácil?, yo creo que sí.
