El sueño

Los frailes de la Escuela de Salamanca del siglo XV ya nos hablaban de eliminar barreras que impedían el movimiento de mercancías, servicios, dinero y sobre todo, personas. La esclavitud era y es “inmoral” para un cristiano.

Su influencia ha llegado hasta nuestros días con la declaración de los derechos humanos, pero seamos sinceros, a la libertad del movimiento de mercancías, servicios y capitales no le ha seguido la de las personas.

Ver a mocetones negros intentando saltar las vallas del sur de Europa, ver a árabes e israelíes matarse por una franja de terreno, ver el odio a muerte entre personas de distintas religiones, ver a trabajadores sin derechos en Bangladesh, es ver el egoísmo de muchas personas que no ven más allá de sus narices. Muchas de estas personas podrían beneficiarse de la anchura de las tierras castellanas con una despoblación insultante a la razón humana.

En 1965 fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas la eliminación de toda forma de discriminación racial. En 2008, la Comunidad Europea también aprobó una Ley contra el racismo y la xenofobia. Se aprueban grandes leyes al mismo tiempo que se levantan vallas y muros hasta el cielo para que no puedan pasar personas privadas de sus derechos fundamentales. Los llamados países “ricos” empezamos a empobrecernos a pasos agigantados completamente aislados en nuestras torres de marfil.
La salida a la crisis económica y social mundial pasa por la solidaridad interna en cada País y por abrirse e invertir en los países llamados en vías de desarrollo. Si el éxito económico duradero de EEUU después de la Segunda Guerra Mundial fue su famoso Plan Marshall en Europa porqué Europa no lo repite en África e Iberoamérica o allá donde nos necesiten.

Me cuentan amigos del otro lado del charco que para un español conseguir el pasaporte en sus países es muy fácil, todo lo contrario cuando ellos tratan de tener el pasaporte español por las fuertes restricciones europeas. ¿Ha llegado el momento de que los españoles “movamos ficha” en la UE para corresponder en régimen de igualdad con nuestros hermanos americanos?

Estamos seguros que la Xenofobia, el odio al extranjero, la padecen las personas que tienen miedo al futuro porque sus máximos dirigentes no ven más allá de las narices y realizan proyectos ambiciosos con visión de futuro.

A la mente nos vienen canciones como la de “no me llames extranjero” de Alberto Cortez porque tu pan y tu fuego calman mi hambre y mi frío y me cobijo en tu techo y la réplica de Facundo Cabral con aquello de me llamas extranjero porque nací en otro pueblo, porque conocí otros mares. Rezos y amores son iguales en todas partes. La lección de esta crisis nos recuerda cada día que todos podemos ser extranjeros y evitarlo está en cada uno de nosotros

 


Texto | Chibus
Foto | DarcoTT