Iglesia de San Marcos, por Darco TT
Dejadas de la “mano de dios” y de los “hombres”, así están muchas monjas de clausura en nuestra Comunidad. Esta “pobreza” también es de “género”.

Nos hemos enterado por los medios de comunicación que muchas viven de forma precaria siendo alimentadas por los “Bancos de Alimentos”.

Atrás quedaron los tiempos en los que los monasterios estaban llenos y recibían a personas con problemas. Atrás quedaron los tiempos en los que las Órdenes Religiosas nombraban “ejecutivos financieros” para centralizar sus cuentas en Madrid vendiendo “suelo” en plena burbuja inmobiliaria para invertirlo en “Gescartera” y otros “lugares de dudosa reputación”.

Los Obispos se lavan las “manos afirmando que las Órdenes son “autónomas” y que ellos no tienen “fondos” para mantenerlas.

El caso es que la Iglesia Católica como tal es la mayor propietaria de “bienes terrenales” en Castilla y León y a la vez no puede ni mantener a algunos de los suyos por falta de “liquidez”, lo de “vender” no está en su “ADN”.

Pues para resolver este problema acudimos a la famosa Escuela de Salamanca aplicando la regla de oro de los cuatro puntos del cuadrilátero “perfecto”: Observar, criticar, proponer y ejecutar.
Los dos primeros ya han sido mencionados, ahora queda el “tercero”

Se propone que todos los conventos, monasterios o colegios propiedad de la Iglesia Católica, sean de la orden que sean, que estén “infrautilizados”, se incorporen a proyectos emblemáticos para compartirlos con el resto de los “mortales” y se adecúen para recibir a otras muchas personas que no tienen “techo” o reciben una pensión tan baja que no pueden pagar una Residencia.
Tanto la transformación como la gestión se ofrecerían a empresas privadas especializadas y como “clientes” personas con bajos recursos ayudados por el Estado a través de la Ley de la Dependencia, con fondos de la Junta, de los Ayuntamientos y Diputación: Todos a una.

Con esto, se resolverían muchos problemas a la vez: El primero atender a las personas que no pueden mantenerse por ellas mismas, segundo, retener población en esto momentos “dramáticos” para nuestra demografía, en tercer lugar, mantener un rico patrimonio para ser mostrado y atraer “turismo”. En resumen, un modelo específico para nuestra despoblada, envejecida y empobrecida Región.

Ahora quedaría el último punto a desarrollar, “ejecutar”: mucho nos tememos que las autoridades civiles y eclesiásticas viven de espaldas a la realidad. Por eso, Jesús que estás en los cielos, santificado sea tu nombre y baja para verlos

 


Texto: Chibus | | Foto: Darco TT