Foto de Obelis

El ser humano como consumidor o inversor actúa normalmente con racionalidad. Busca satisfacer sus necesidades con el menor coste posible o pretende obtener la máxima rentabilidad con el menor riesgo. Si a estas premisas le añadimos mucha información, estamos dispuestos para la toma de decisiones. Estas “verdades de pedrogrullo” vienen a cuento para denunciar el círculo vicioso en el que ha caído el sistema financiero. Si un gobierno garantiza los depósitos de los ahorradores, estos preferirán la Entidad que más le pague, sin tener en cuenta si es solvente o insolvente. Algo similar ocurre a nivel internacional; si nunca dejan que ningún país impague su deuda, los inversores de bonos soberanos comprarán aquellos que les ofrezcan más rentabilidad. Cuando la situación se hace insostenible, le impondrán medidas de “ajuste”, pagando los platos rotos los funcionarios-despidos o bajadas de sueldo-, los pensionistas-rebajando prestaciones-, o los ciudadanos en general- subidas de impuestos-. En resumen, con este sistema financiero, siempre pagarán “justos por pecadores”. ¿Es hora de poner fin a esta estafa piramidal?

 


Texto | Chibus
Foto | Obelis