papeles

En este curso, la burocracia de nuestro sistema educativo se ha duplicado. Con pocos números vamos a tratar de demostrar que este brutal incremento se traduce en un despilfarrador consumo de papel que hace peligrar la mismísima masa forestal del planeta. En años anteriores, por cada alumno se consumía una media mínima de 14 folios en exámenes, tres cartas por año a padres, cuatro de las comisiones pedagógicas por ocho asignaturas. Durante este curso, las autoridades añaden a cada profesor un informe por alumno con muchos datos que, estamos seguros, sólo servirán para rellenar espacios infinitos. Si nos acercamos al verdadero centro de las Universidades que son “las fotocopiadoras” ya que es allí donde se recogen todos los apuntes y datos de todas las materias y que cada alumno consume una cifra aproximada de 500 folios por año, solamente ya nos queda multiplicar por el número de alumnos y nos da una cifra tan impresionante en consumo de papel que nuestra calculadora solo dice: “error”. Si a este consumo le sumamos los metros cuadrados necesarios para guardarlos y lo traducimos a euros, se podría fácilmente llegar a la conclusión de que se gasta un 60% del presupuesto en burocracia y un 40% en enseñanza. El gran reto de los próximos años será reducir la burocracia al 5% y que el 95% se destine a enseñanza. Este enorme esfuerzo recae sobre los maestros y profesores y ya se sabe lo que dijo el gran filósofo: “todo esfuerzo inútil, produce melancolía”. Ánimo “profes”, cuando ya no haya árboles, alguien propondrá una mesa-observatorio para reducir el “papeleo”, con acta incluida.

 


Foto | Darco TT