Cuenta un Charro, vinculado a la Chicago Bussines, que el otro día tuvo un extraño sueño. Los salmantinos se olvidaron de arreglar España y se dedicaron a trabajar por su tierra. La Patronal, los Sindicatos, el Ayuntamiento, los Partidos Políticos, las Entidades Financieras, las Compañías de Seguros, las Empresas de Energías Renovables, de informática, los Arquitectos, Aparejadores y algunos otros, firmaban un pacto por la rehabilitación de viviendas haciendo esponjar la maltrecha tarta de su sector. El Ayuntamiento y la Universidad se daban la vuelta para mirarse a la cara. Volvían a desarrollar actuaciones conjuntas en materia de inversiones públicas, desarrollo cultural y deportivo, logrando atraer a muchos alumnos foráneos y turistas. Su proyecto estrella -CLM -Ciudad de las Lenguas del Mundo- fue envidia y faro en el Planeta Tierra. El Obispado y las Órdenes Religiosas se volcaron con la Ciudad, cediendo el Patrimonio que tenían infrautilizado. El Palacio del Obispo se convirtió en Centro de la Memoria Histórica, cerrando para siempre heridas que aún supuraban. Las Órdenes Religiosas cedían a Empresas Privadas sus monasterios para hacer residencias de Mayores. Y todos estos pactos fueron firmados en el festivo día de San Juan, en casa de los Paz, en la Calle S. Pablo, como era de suponer, para rendir homenaje a aquel fraile que consiguió la Paz de los Bandos.
