Teddy Bear, foto de Jorge Alejandro Preciado Oseguera
Seguro que todos hemos visto alguno de los spots de Europa FM donde, bajo el slogan “save the music”, se arremete contra determinados estilos musicales (black metal, punk, …) Supongo que en la mente del creativo la idea era algo así como “tenemos que acabar con todos esos ruidos infernales para que todo el mundo solamente escuche lo que suena en nuestra radio”. Mi interpretación de la campaña de comunicación de esta radio es la siguiente: “escuchad solamente lo que suena en nuestra radio, que viene a ser lo mismo que lo que suena en cualquier otra radio musical (excepto Radio 3, of course), acabad con todos los ruidos que no están de moda, que no son latinos, ni reggetones, ni triunfitos, que no nos pagan por sonar”. Pues yo pertenezco a una de esas minorías que escucha los ruidos infernales que jamás sonarían en Europa FM, pero tampoco me he visto afectado por los spots de la campaña: tengo asumido que somos minoría y que todo lo minoritario es “raro”, “problemático” y “hay que acabar con ello”. Nada nuevo.

Sin embargo, la pasada edición de Viña Rock, ha podido hacer bueno ese eslogan: cerca de 80.000 personas de múltiples gustos musicales (desde Sepultura hasta Bebe u Orujo de Brujas, incluyendo todo lo étnico, mestizaje, hip hop, punk…..) conviviendo sin problemas, sin altercados, sin acabar con los que no escuchan la misma música que nosotros, simplemente con ganas de pasárselo bien. Y es que el Viña es mucho Viña, aunque un servidor probablemente no vuelva a asistir (demasiado pa mi cuerpo), es el mayor evento musical que se desarrolla en nuestra geografía, el único donde las bandas nacionales, hartas muchas veces de tocar en garitos de mala muerte, son tratadas como es debido: grandes escenarios, gran potencia de sonido, espectaculares juegos de luces, pantallas laterales, música y solo música, sin presiones políticas, sin presiones comerciales, donde cada uno obtiene solo lo que se merece.
Pirate Duck, foto de Vitezslav ValkaEsta edición ha sido especialmente polémica: Coca-Cola y Heineken deciden retirar su patrocinio por incluir a bandas como S.A. o Su Ta Gar en el cartel y Ramoncín ha sido abucheado y ha tenido que suspender la actuación. Lo primero, chapó a la organización, lo importante es la música y el Viña tiene sostenibilidad económica suficiente para prescindir de los patrocinadores. Lo segundo, si no hubiese sido porque arrojaron objetos al escenario, también estaría de acuerdo, como decía antes, cada uno obtiene lo que se merece, tanta militancia antipiratera, tanto morder la mano que te da de comer, al final, ocurre lo que tiene que ocurrir, de tanto morder la mano se ha quedado sin carne, ya no hay donde morder. Y ya está, estos son todos los incidentes, un concierto suspendido, una marca de cerveza que ha dejado de ganar un montón de dinero por capricho y una marca de refresco que ha ganado más dinero porque se ha ahorrado poner pasta para el evento, porque el calimocho seguía siendo Coca-Cola ¿o qué creíais? 80.000 personas conviviendo 3 días, de distintas ideologías, de distintas tendencias musicales y no pasa nada, solo fiesta, música, polvo, sol y diversión.

Europa FM debería aprender de la organización de Viña Rock, esto si es salvar la música, que cambien el slogan y pongan algo más adecuado como “salvar solo la música comercial”, “salvar solo la música que más dinero da”, “salvar solo la música mediática y televisiva”, es decir, cualquier otro slogan porque “save the music”, “salvar verdaderamente la música” solo se lo merece Viña Rock.


Foto 1: Jorge Alejandro Preciado Oseguera
Foto 2: Vitezslav Valka


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