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Ahora que ya existe un amplio consenso internacional sobre el inicio de la crisis económica mundial y que no fue otro que el agotamiento de los dos modelos preponderantes del Siglo XX -sistema capitalista y sistema comunista-. Como en todas las crisis económicas de la historia de la humanidad, en primer lugar cae la llamada “economía real” y posteriormente la llamada “economía financiera”, que es la que cuenta en términos matemáticos –monetarios- las cifras. Lo bueno es que al final, los balances tienen que cuadrar… o se hacen cuadrar para poder seguir adelante….

Al entrar en el Siglo XXI, los economistas divergen en dos grupos: unos apuestan a que de esta crisis se sale con más “economía liberal”, es decir, los agentes privados con sus nuevas inversiones generarán la riqueza futura y la repartirán. Estos apuestan por adelgazar las estructuras de los estados y los impuestos. Más dinero en manos de los ciudadanos impulsarán los negocios y los impuestos crecerán por mayor actividad y no porque suban sus tipos de gravamen. Los otros apuestan por “mayores infraestructuras públicas y mayores impuestos” a las que el resto de la ciudadanía se pueda “enganchar” para hacer rentables sus inversiones.

Bien, ambos pudieran tener razón, pero el camino es uno u otro. Seguir utilizando ambos solo lleva a más crisis, por eso en Japón ha durado más de una década y en Europa ya se prevé lo que algunos denominan como “década perdida”.

Este tipo de organización es la que hemos dado en llamar “economía mixta”. Desde los organismos públicos se hacen grandes inversiones que pasan a ser gestionadas a nivel privado asegurando los ingresos vía bonificaciones públicas a sus clientes. Este “rollo poco comprensible” se entiende mejor con dos ejemplos fáciles:

Imagine que vive en un barrio de 5.000 habitantes y que 100 de ellos cada año tienen que utilizar escuela infantil no obligatoria por ley. En dicho barrio existen dos “guarderías privadas” hace tiempo instaladas, una suele contratar el 60% de los nuevos alumnos y la otra el 40%. Ambas ganan lo justo ya que sus estructuras se hicieron en competencia. El Ayuntamiento de la ciudad, con su plan de urbanismo legalmente aprobado, tiene suelo gratis cedido por los propietarios de suelos antiguos y hace una nueva escuela por un millón de Euros con capacidad para 100 alumnos y entrega la gestión a otra empresa privada bonificando las cuotas de los escolares. Es evidente que esta nueva empresa no ha arriesgado nada ya que cuenta con clientes e ingresos conocidos de antemano y que las otras dos tendrán que cerrar, despedir a sus empleados y la familia propietaria dedicarse a otra cosa “mariposa”.

Imaginen que CR-7 sale en el Telediario ofreciendo sus calzoncillos sin que la TVE reciba nada a cambio cuando los “Abanderado” pagan 400.000 euros en publicidad. El negocio de CR-7 crea 10 nuevos puestos, la fábrica de Abanderado pierde 100.

Es evidente que este “modelo mixto” en lugar de generar nueva economía global lo que ha hecho es todo lo contrario. Por cada seis personas que vivían de un negocio, cuatro dejan de vivir. Público o privado pero con el modelo mixto no salimos.

 


Texto | Chibus
Foto | Darco TT