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La Ciudad de las Piedras Doradas es tan bonita que nos pasamos el día embelesados mirándola al amanecer, a mediodía, al atardecer, a la puesta del sol o en las noches de luna llena, cuarto creciente, menguante o nueva.

Tan absortos estamos que poco a poco, día tras día, año tras año, sin darnos cuenta, todos estamos pasando a vivir de espaldas al vecino y a la realidad. Este “alto soto de torres” se está transformando en la “Ciudad Dorsal”.

Si las estadísticas oficiales dicen que nuestros jóvenes más formados tienen que emigrar por falta de oportunidades, nuestra única respuesta es un simple “golpe de pecho” para hacernos perdonar por nuestros “pecados”.

El Ayuntamiento y nuestra famosa Universidad que ahora cumple 800 años apenas tienen actuaciones conjuntas y eso se nota en los escasos “cafés” no institucionales que toman nuestros máximos responsables.

Si en nuestro reducido espacio tenemos tres Universidades, cada una “hace la guerra por su cuenta” y ni practican los más mínimos actos protocolarios.

Entre las instituciones sociales o económicas, si hay dos Sindicatos mayoritarios, no solo son incapaces de celebrar conjuntamente el día del Trabajo, es que acaban a “puñetazo limpio” para dirimir sus diferencias. Si en la “Patronal” hay dos grupos, su convivencia es a “mordiscos” y quien desee comprobarlo, puede visitar sus respectivas sedes.

Y como se vive de “espaldas”, los “choques” son frecuentes ya que la Madre Naturaleza nos dio los ojos para evitar este “inhumano comportamiento”.

Mientras, nuestra “juventud más formada de la historia”, hace progresar otros lugares aunque por las noches sueñe con su preciosa Ciudad.

Para solucionar este “desaguisado” solo queda una vez más implorar el día 12 de Junio a San Juan de Sahagún para que nos ayude a firmar una nueva “Paz de los Bandos” invitando a todos a la unión y no a la dispersión.

Si no se consigue un gran “Pacto por San Juan” con todas las fuerzas religiosas, sociales y económicas, el próximo año la estadística oficial se comportará como una “res mostrenca que pasta en prado ajeno” y ya no estará el de Sahagún para decirle: ¡tente necio!

 


Texto | Chibus
Foto | Miguel Darco