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Metrópolis es una novela escrita en 1926 por Thea von Harbou y llevada al cine un año más tarde por su marido Fritz Lang. Trata de una distopía en la que imaginan un siglo XXI con unas ciudades enormes, con grandes rascacielos en los que vive una clase social adinerada y dirigente y un mundo subterráneo en el que se apilan los parias de la Tierra. Los de “arriba” oprimen a los de “abajo”, estos se revolucionan y tratan de arrasar a los que ven la luz del sol , pero una vez más, el amor entre un joven de la superficie y una plebeya del infierno hacen posible la convivencia entre ambos lugares, avanzando en la concordia en lugar de la destrucción.

Para evitar estos desastres nada mejor que “repensar” de nuevo Salamanca. Qué modelo de ciudad queremos para el futuro. Es fácil desear un desarrollo armónico, sostenible, que se plasmara en un proyecto político consensuado, donde los arquitectos y constructores fueran desarrollando su actividad con normas claras. La denominamos “metrópolis integrada”. La capital estaría unida a la periferia por dos tipos de vías: unas para las personas que desearan ir andando o en bicicleta y otras para los vehículos en los que el rey fuera el transporte público impulsado por energía limpia. Una “mancomunidad” para depurar aguas y reciclar residuos. Esto podría ser una realidad y un modelo para otras ciudades similares; se facilitaría la movilidad urbana, se protegería el medio ambiente, se ahorraría energía. ¿Fácil?

 


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