El brillo del dinero, por Darco TT

“No me vengas con gabelas”. Esta expresión tan española parece que fue importada desde Francia. La Gabelle era un gravamen sobre productos de consumo general. La mayor recaudación se conseguía sobre la sal. Este producto era utilizado sobre todo para la conservación de alimentos. Este impuesto indirecto dejó de ser útil a la sociedad y abolido por su carácter “regresivo”, perjudicaba sobre todo a los más pobres y la incipiente clase media. Además, los privilegiados estaban exentos de pagarlos. Gabelas, Impuestos, tributos, contribuciones, gravámenes, cargas, tasas, etc., tienen una especial incidencia en los cambios económicos. Siempre deben ser justos, suficientes, transparentes y fáciles de implantar y fiscalizar. Si dejan de serlo, simplemente hay que sustituirlos. Bajo el lema: quien más tenga, más pague, era un intento de hacer pagar más a los más pudientes. Hacerlos recaer sobre las clases económicamente débiles o medias es perjudicar notablemente la marcha de la economía general. Actualmente, en España nos encontramos en esta situación. El cambio de régimen supuso un gran cambio fiscal. Las autonomías sustituían al centralismo. Después de treinta y dos años, aquella reforma fiscal ha perdido su sentido. Para salir de la crisis se impone un nuevo modelo que cumpla los requisitos antes mencionados. No a las gabelas.