Foto Darco TT

Del Libro de Buen Amor, Cejador nos dice que “El tirar a suerte es cosa viejísima, por creer que Dios manifestaba así su voluntad. Así la suerte, en frase de Platón, es juicio y sentencia de Dios”. Y Einstein dijo: Dios no juega a los dados, pero su legítimo sucesor Stephen Hawking le corrigió: Dios no solo juega a los dados, a veces, también los echa donde no puede ser visto. Alberto Suárez -enfermo de Ataxia de Fiedrich- apoyando a este último, afirma: Dios juega a los dados, y a veces, obtiene malas jugadas. En Grecia y Roma, se jugaba con las habas blancas y negras para elegir magistrados públicos. El azar quería que quien sacaba la blanca fuera el elegido, todo lo contrario de quien sacaba la negra. De aquí parece que viene la expresión “me ha tocado la negra”. En tierras más universitarias, es famoso aquel catedrático que para hacer entender a sus alumnos en qué consistía la “probabilidad”, corregía sus exámenes subiéndose a una mesa, los lanzaba al aire, el que caía dentro de la alfombra, aprobado, el resto (x) -despejad la incógnita-. Todos tenían las mismas probabilidades pero solo algunos pasaban la asignatura. Y por último, volvamos al Arcipreste de Hita: “Creedme, fija señora, que quantos vos demandaron /a par de este mançebillo ningunos non llegaron/el día que vos nasçistes, fadas albas vos fadaron/que para ese buen donayre, atal cosa vos guardaron”. La Vida es una…

 


Texto | Chibus
Foto | Darco TT