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Sobre lo que es un gasto o una inversión existen multitud de libros, pero nosotros, para ir al grano, definiríamos gasto como aquella aplicación monetaria que sirve para tapar un agujero y definiríamos inversión como aquella aplicación monetaria que genera un montón de dinero nuevo, es decir, traerá más beneficios en el futuro. Con estas definiciones se nos ocurre que los nuevos fondos públicos que servirán para paliar la crisis no debieran destinarse a simple gasto ya que eso sería pan para hoy y hambre para mañana, además de hipotecar a generaciones futuras. Los dineros debieran aplicarse a proyectos de inversión escogidos “concienzudamente” para que generen nueva economía y amorticen el endeudamiento en el que incurriremos.

Un ejemplo de inversión sería hacer del Río Tormes una verdadera ruta verde desde Alba de Tormes a Ledesma. Cada cinco kilómetros un pequeño mesón familiar donde se puedan comer productos de calidad de nuestra tierra y también dormir. Estos mesones estarían regentados por una familia con tradición hostelera y se encargaría en el futuro de mantener limpios 5 kilómetros a su alrededor a cambio de un sueldo digno. Este proyecto serviría para traer turismo que pernocte una semana -frente al actual de 1,9 noches- y al que guste andar, marchar en bicicleta, caballo… además de degustar productos de calidad -nuestras pequeñas fábricas podrían vender aquí sus productos de calidad sorteando los enormes gastos comerciales que implica venderlos a miles de kilómetros-. Este proyecto de inversión pública se le añade la inversión privada -efecto multiplicador del dinero-, viene más turismo durante más tiempo, se generan puestos de trabajo y riqueza a largo plazo. ¿Válido?

 


Foto | Warein Holgado