El Mariquelo

El método de ensayo y error, funciona. Esto ha sucedido en la calle Toro de nuestra ciudad. Una multitud miraba como enderezaban el pináculo de la iglesia de San Juan. Ah, dijo un paseante, esto son los efectos del Terremoto de Lisboa. El técnico de las obras, al escucharlo, sonrió y la sensación era de metedura de pata; bueno, podría ser, pero el gran terremoto fue en 1755 y este templo se construyó en 1896 -Arquitecto Vargas-; posiblemente, el deterioro, sea fruto de los vientos. El error era evidente. El tozudo errado, al llegar a casa, comentó lo ocurrido y alguien le recordó que también la Tierra había temblado con gran intensidad en 1969, teniendo el mismo epicentro -Cabo de S.Vicente-.

Buscando y mezclando todos estos datos, hemos podido comprobar que el Terremoto de Lisboa puso en peligro de desplome el címbalo de la Catedral Nueva, y que desde aquella fecha hasta 1976 subían los Mariquelos para dar gracias a Dios y comprobar el estado de ese noble edificio -penúltimo Mariquelo, Fabián Mesonero Plaza-. En nuestros días, Ángel Rufino de Haro recogió la tradición, y cada año, el 31 de Octubre, sube hasta lo más alto de la Catedral. Por este motivo, sería deseable que el Pináculo de la Iglesia de San Juan de Sahagún fuera bautizado como el Pináculo del Mariquelo, agradeciendo al Sr. Rufino su proeza anual. Soplará el dios Eolo y habrá más terremotos, pero confiamos en charros como Jesús la seguridad de nuestros monumentos.

 


Texto | Chibus
Foto | Darco TT