Valor económico personal (VEP)

El narrador estaba en la cola de caja para pagar su compra cuando la amable cajera estaba atendiendo a un cliente anterior. Cada envase era pasado por el láser para leer todos los códigos de barras de los productos. Al final, la empleada le comunicó el coste total de su compra como era normal. El señor sacó su tarjeta, la metió en el tpv, puso su clave y el móvil sonó. El banco le comunicó un certero cargo en su cuenta. Todo perfecto hasta que el simpático cliente le dijo: Señora, con esos “aparatos” podría saber cuánto cuesto yo. Ella, entre sorprendida y amable le contestó que si tenía su código de barras podría saberse el valor exacto de cada persona.

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