En la mañana del 14 de abril, desde primeras horas, las gentes acudieron a la Plaza Mayor donde se produjo a medidodía una “animación extraordinaria” según la prensa. Del mismo modo en la Casa del Pueblo se fueron concentrando afiliados de los partidos de izquierdas y concejales electos a la espera de noticias de Madrid. Se sabía ya que la República se había proclamado en algunas capitales. En Salamanca la primera bandera republicana ondeó en el edificio de Correos, donde la colocaron los telegrafistas ante un gentío que daba vivas a la República. El Comité de los partidos republicanos se reunió por la tarde para preparar el cambio de poderes. Finalmente acudieron al Ayuntamiento, desde donde se dispararon cohetes y se hizó la bandera tricolor. Unamuno, concejal electo por la Conjunción [republicano-socialista], cruzó la Plaza entre ovaciones y en el balcón del Consistorio rodeado de concejales y miembros de los partidos republicanos, quienes le habían designado al efecto, proclamó la República en Salamanca. Comenzó así, en palabras de Unamuno “una nueva era y termina una dinastía que nos ha empobrecido, envilecido y entontecido”.

(José Luis Martín, director. “Historia de Salamanca” Centro de Estudios Salmantinos)