Foto de José María Arroyo JABKDOS

El día de todos los santos…
En los tiempos que corren, esto de la globalización desnaturaliza todo lo que pilla por medio. Con el sello de la importación se machacan las tradiciones y los hábitos locales. Un ejemplo es esto del jaloguai, giliwey, o como cojones se llame esa tradición anglosajona, celta, vikinga, en definitiva, extranjera, que se ha impuesto en este nuestro país, sin duda como consecuencia de una hábil estratagema comercial por parte de unos cuantos espabilados que nos tienen cogida la medida gracias a la mierda que nos meten por televisión.

Me parece muy bien que los ingleses, los irlandeses o los norteamericanos celebren y mantengan sus tradiciones, pues para eso son suyas, del mismo modo que me parece muy bien que cada paisano de este país se acoja a lo que quiera y adopte las nuevas tendencias venidas de ultramar… Por mí como si les da por acogerse a la moda de cortarse los cojones para colgarlos de la barandilla de un puente y asegurarlos con un candado como demostración de amor a Janamontana y lo buena que está su hermana.

Lo que no me hace ni puta gracia es que me involucren en el rollo del fantasmeo de pacotilla y que como ayer, llamaran a mi puta puerta como veinte veces para darme por saco con el jodido susto o trato, ya no niños, sino tíos con pelos en los cojones… Ganas no me faltaron para sacar la Bretta y darles un susto para que hicieran un trato con el sicólogo para recuperarse de él… y después a ver si tienen cojones de tirar huevos a mi ventana.

Por otra parte, aunque no soy muy dado a estas cosas, ni soy devoto de nada, considero que no es mala tradición esta nuestra, que consiste en honrar a nuestros difuntos, ya sea yendo al cementerio para colocar unas flores y pedir por sus almas, o simplemente para, al ver el calendario, recordar que una vez hubo personas a nuestro lado, que fueron buenas y que ya no están, aunque por lo que a mí respecta, a esas personas siempre las recuerdo y las llevo permanentemente en mi corazón.

Hoy no he ido a ningún cementerio, esta foto la hice hace ya tiempo en el país de Béarn, en un camposanto en el que conviven – si se puede decir así – finados católicos y protestantes. Me gustan estos cementerios exentos de vallados altos, y de acceso libre a cualquier hora. Así las almas lo tienen más fácil para ir a donde tengan que ir, ya sea al cielo, o a la cantina más cercana… nunca se sabe.

Va por todos ellos… y al jaloguay, jolingüey o jodeweey que le vayan dando.

 


Foto y texto | JABKDOS
 
NOTA: Este texto fue publicado por primera vez en SalamancaBlog el 1 de Noviembre de 2010