Fuerte Concepcion Aldea del Obispo

Dicen los que tuvieron la fortuna de pasar la última noche vieja en el Real Fuerte de la Concepción que disfrutaron en un solo día de los placeres de muchos siglos.

Según nos cuentan, y nos lo creemos, en tiempos muy lejanos esta zona estaba ocupada por los vetones. Aquí un valiente guerrero llamado Viriato trajo en jaque al mismísimo Imperio Romano. Tuvieron que sobornar a caudillos cercanos para acabar con él. Suponemos que luego les dirían aquello de “Roma no paga traidores”.

Con el transcurrir de los tiempos, la Península Ibérica siempre ha querido ser dominada por un solo Rey pero cada territorio quiere imponer el suyo y así llegamos a 1640. El uno de Diciembre de ese año, los lisboetas se alzan en armas contra Felipe IV y lo derrotan imponiendo al Duque de Braganza como Rey de Portugal.

Como Felipe IV intentaba recuperar su trono, encomendó al Duque de Osuna tal empresa y entre otras “grandes” inversiones inició el día de la Concepción de 1663 la construcción de un Fuerte que llegaría a contener 1.700 soldados. Esta inversión no resultó demasiado rentable ya que en Junio de 1664, las tropas de Felipe IV vuelven a ser derrotadas en la batalla de Castelo de Rodrigo con ayuda de los ingleses.

Como el Rey de Portugal se siente fuerte y decide su expansión por el Oeste Peninsular, Felipe V en 1730 como Rey de España y para defenderse, decide de nuevo levantar de nuevo esta gran fortaleza militar junto al Rio Turones.

Y como no podemos estar en paz demasiado tiempo, el dos de Mayo de 1808 el pueblo de Madrid se levanta contra la ocupación francesa dirigida por Napoleón con el ánimo de “afrancesar” toda Europa. Los españoles en esta ocasión ayudados por los portugueses y los ingleses luchan por cada palmo de terreno y así el 4 de Mayo de 1811 en la llamada Batalla de Fuentes de Oñoro, los soldados del Fuerte de la Concepción derrotan a las tropas francesas y los hacen huir hacia el este peninsular.

Y como desde entonces ningún rey ha querido ganar más territorio en la piel de toro, queda aquí marcada para siempre una “raya física y mental” lejos del mundanal ruido.

Pero ahora, en pleno siglo XXI corren tiempos de paz y unos “locos soñadores” han decidido cambiar la faz de estas tierras de batallas, guerras y fronteras por un lugar único y mágico para goce y disfrute de ciudadanos libres, convirtiendo la fortaleza militar “estrellada” en un hotel especial con muchas más estrellas.

Cuentan que en el Real Fuerte de la Concepción, en la mágica noche de fin de año, españoles y portugueses celebraron juntos con buenas viandas y mejores caldos la llegada de 2014. Cuentan que comieron dos veces las doce uvas y es que aquí cada año el tiempo se detiene una hora. Cuentan que los hospederos deleitaron a sus conciudadanos con mucha pólvora y fuegos artificiales a ritmo de música universal.

Gracias a la transformación de estas ruinas militares en hotel, la “raya que nos ralla” se va convirtiendo en ese lugar único y mágico que todos tienen que visitar y gozar como mínimo una vez en su vida para envidia de Reyes y Emperadores. Para ellos naciones e imperios, para nosotros paz, amor y libertad. España y Portugal, portugueses y españoles, ¡Feliz 2014 ibérico sin “rayas ni fronteras”!.

 


Texto | Chibus
Foto | Carlosblh en Wikimedia Commons bajo licencia [GFDL, CC-BY-SA-3.0 or CC-BY-2.5]