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Desde los Vetones y Vacceos hasta la actualidad, Salamanca se ha ido transformando urbanísticamente hasta llegar a ser patrimonio de la humanidad

No obstante, en ocasiones, pasamos “malas rachas”, ya sea porque los “españoles” , “portugueses” e “ingleses” se unen contra los invasores “franceses” para destruirla en un 50%, ya sea porque las grandes crisis económicas acaban conformando barrios enteros de infraviviendas que son utilizadas por ciudadanos con escasos recursos para vivir sin dignidad.

Esto sucedió después de la Guerra de la Independencia en la Vaguada de la Palma que de ser una zona con muchos “edificios nobles”, las explosiones de los “libertadores” dañaron la mayor parte de dichos edificios que posteriormente fueron ocupadas por pequeñas casas sin ningún tipo de servicio público.

Pero llega el último cuarto del siglo XX y Salamanca al completo llega al gran acuerdo propuesto desde los primeros ayuntamientos democráticos de “rehabilitar” al máximo el casco histórico y se renueva la famosa Vaguada de la Palma con un gran Palacio de Congresos y viviendas de “piedra de Villamayor”. No obstante si no se hubiese construido allí un Instituto a modo de “tabique”, ahora toda la zona sería el paseo magistral hacia el Tormes.

Pero al empezar el siglo XXI nos hemos vuelto a “dormir” y entre la falta de ideas y la falta de dinero, aún queda por “rematar” esa ciudad antigua que atrae a muchos turistas y de la que globalmente los salmantinos nos sentimos tan “satisfechos”. Estamos hablando de la subida de la Vaguada de la Palma hasta el Cerro de S. Vicente donde se ubica “nacimiento”, así como las ruinas de la ciudad romana del antiguo “Botánico” donde se entrenaron nuestros míticos atletas como Sánchez Paraíso, Rosa Colorado y otros muchos campeones.

Para la subida desde la Vaguada al Cerro de S. Vicente proponemos una sencilla escalera y el “Puentecillo de la Alberca” ya nos indica que en su momento servía para bajar a la Vaguada. Con él, los turistas podrían seguir paseando sin tener que dar una vuelta a la Ciudad Moderna y perder el encanto de seguir siempre un trayecto “histórico”.

Para las ruinas romanas, propondríamos edificar allí la “Ciudad de las Lenguas del Mundo”, un edificio de los soñados por Frank Lloyd Wright para que quedara allí depositada una muestra de las gramáticas de las “lenguas del mundo” y sirviera como centro de investigación de los “filólogos” así como la gran biblioteca de “letras”, merecido homenaje a Fray Antonio de Nebrija.

La Universidad planteó una biblioteca sobre las ruinas romanas, el Ayuntamiento un edificio de Vetones y Vacceos pero aún queda todo por “rematar” y de la próxima legislatura no debiera pasar para no retroceder de nuevo al Siglo XX. Sr. Rector, Sr. Alcalde, nos tienen a su disposición.