Prohibido pisar

Cuando el Pequeño Príncipe aterrizó bajo el puente de Salas Bajas, le sorprendió el siguiente letrero: “prohibido pisar el césped del campo de rugby”. Como él nunca entendió bien a los adultos, preguntó a un corredor que por allí pasaba: “Señor, podría explicarme lo que indica ese cartel”. El Señor sorprendido por la pregunta le dijo que el letrero solo quería decir que era de uso exclusivo para deportistas rugbianos. Como el Pequeño Príncipe aún entendía menos, le hizo una demostración y salió corriendo a toda velocidad por el campo. En ese momento el fiel cancerbero corrió tras él y le amenazó con expulsarlo para siempre del recinto universitario. ¡No ha leído usted ese letrero!, irritado, propuso levantar un muro más alto que el cielo para que no pasara nadie sin un exclusivo carnet. Este buen guardián era un fiel sucesor del Señor Parra corriendo proscritos en el antiguo Botánico. Como el Príncipe arqueaba cejas y ponía ojos de plato, este entradito en años le explicó que la Universidad de Salamanca lleva en sus genes la persecución de corredores furtivos. En ese momento, el Pequeño prefirió hablar con Lazarillo de Tormes.

 


Texto y foto | Chibus