Generalmente las propuestas del tipo: “que mucha gente haga lo mismo en el mismo momento en muchos sitios” hace tiempo que dejaron de interesarme, o mejor dicho, de convencerme. Todos los días son “días de algo”, y en esto como en todo hay días mejores y días peores, y algunos que mejor sería que no amaneciera. Detrás de un día viene siempre otro, así que los “día de…” suelen ser en su mayor parte días para ignorar.
Pero a veces, uno es humano, hay cosas que me hacen gracia, o logro verles el lado positivo e interesante por muy tontas que parezcan. Como no hago caso a estas cosas casi me pierdo una propuesta que muchos de vosotros ya conoceréis pero que yo desconocía. A simple vista parece tan absurda como cualquier otra pero que mira por donde tiene su miguilla: Global Orgasm (así, en inglés para que los que tengan dudas con las traducciones puedan traducirlo como les venga en gana: Orgasmo Global, Orgasmo Mundial o el Día del Orgasmo Planetario). El “Orgasmo Mundial” es una propuesta de acontecimiento colectivo que a parte de lo dicho anteriormente persigue una causa noble según nos cuentan en la página oficial de Global Orgasm donde nos explican el por qué de este invento:
“para provocar un cambio positivo en el campo energético de la Tierra mediante la mayor oleada de energía humana posible en un Orgasmo Global Sincronizado”
Esto queramos o no debe tener su dificultad. Me refiero a la sincronización, no a lo otro. Si ya de por si lo de la sincronización en estos menesteres en una pareja no es exactamente lo que nos cuentan en las películas, no quiero ni imaginar como sería ponernos de acuerdo toda la humanidad (o esa parte de la humanidad que termine apuntándose a esta historia) para que nuestra mente y nuestros cuerpos fluyan en gozo universal compartido.
Como dicen que debe de ser un orgasmo global sincronizado pienso que por mucha gente que participe (participemos) hacer coincidir a la mayoría en el mismo momento será complicado (que nadie se tire pegotes, por mucho que dure no dura 24 horas) y si a eso le añadimos que mucha gente no se habrá enterado, a otra se la repampinfla, a otra inevitablemente le dolerá la cabeza, y otra, ante la duda de saber si los orgasmos individuales de los que no tienen pareja sirven o no, puede que no toda la humanidad participe y que en vez de unos miles de millones solo coincidan unos cientos en todo este viernes día 22 de diciembre. Para averiguar la cifra aproximada de participantes sincronizados tendremos que dividir el número de participantes mundiales por 24 horas y luego dividirlo por tantos minutos (aquí no me meto, el número de minutos sería hilar muy fino y lo que para unos es una eternidad para otros no es más que un instante).
Como no me apetece hacer más cuentas y por mucha ciencia que digan los inventores que hay detrás de todo esto (ver la web de OG), creo que lo mejor es dejarse de mandangas y para que esta iniciativa sea todo un éxito y el orgasmo mundial sincronizado sea lo más efectivo posible, aconsejo a todos los entusiastas, de orgasmos breves o prolongados, intentarlo varias veces al día, todas las que sea posible. No hace falta que sea en plan conejito duracell, que estas cosas son cosas serias y hay que tomarse su tiempo, pero no nos desanimemos.
Estas propuestas (al igual que el resto de “días de…”) suelen estar pensados para los ciudadanos del primer mundo, y como mucho para los del segundo. Los del tercero tienen otras cosas en las que pensar y cuando se ponen a esto, y según dicen los que entienden se “ponen” bastante más a menudo que los de los países desarrollados, no necesitan que nadie les anime.
Como estamos en navidad y a todos nos invade el espíritu navideño de entrega al prójimo, de buenas intenciones y bla, bla, bla y sobre todo de cachondeo padre, espero que este Orgasmo Global Sincronizado sea una inmensa multitud de orgasmos placenteros que no solo hagan estremecer la Tierra y consigan lo que los promotores de tan loable causa persiguen (lean la web de OG), además espero que todos los participantes lo disfruten.
Que ustedes lo pasen bien.
Fotos | Manuel H
