Iglesia de San Marcos, por Darco TT

Parece que la situación política en Salamanca ha cambiado. Una vez asentados los grupo políticos en el Ayuntamiento, todos hablan de mayor transparencia, mayor consenso y sobre todo, que escucharán más a los salmantinos.

Que Salamanca está atravesando su particular “agujero negro” social y económico nadie puede ponerlo en duda ya que perdemos más población que la “media nacional” y perdemos más economía que la “media nacional” en los últimos 10 años.

Ha llegado el momento de ejecutar proyectos más ambiciosos que generen más puestos de trabajo y más “negocios” para la mayoría de la población.

En Salamanca, se ha demostrado que la iniciativa privada no tira lo suficiente. Salamanca se ampara en sus instituciones y son ellas quienes tienen y dominan bienes y presupuestos, por ello, sus dirigentes serán los responsables de liderar la generación de una nueva economía que nos permita crear riqueza a largo plazo.

En primer lugar por su tamaño y presupuesto tenemos las Universidades y nuestra gran oportunidad es aprovechar el VIII Centenario para incrementar nuestra presencia en la Educación, la Cultura y la Investigación. Todos unidos, sin fisuras ni burocracias debemos “apretar” para que de una vez por todas “arranque” y no pare.

En segundo lugar, tenemos al Ayuntamiento, que deberá ejecutar proyectos que estén cofinanciados con el resto de instituciones públicas, multiplicando por cuatro cada una de sus inversiones y descartando otras que solo se financian con propios fondos. Ejemplos de grandes proyectos podrían ser la rehabilitación integral de barrios o la conversión de los 284 kilómetros del Valle del Tormes hacia el ecoturismo de calidad.

En tercer lugar tenemos al Obispado, recordándole que la Iglesia en Salamanca es la mayor propietaria de “bienes terrenales” y que muchos de ellos los tiene infrautilizados. Se nos ocurre que puede atraer congresos religiosos a nivel mundial, también que puede reconvertir monasterios en centros de mayores o para “desahuciados” de sus viviendas, de esta forma les darían “vida” y no serían destinados a la pura especulación inmobiliaria como ha sucedido muchas veces.

En fin, como se puede ver, Salamanca tiene recursos humanos y físicos suficientes para salir de nuestra particular crisis, solo hace falta ilusión, coraje y consenso, y sobre todo, “multiplicar” por cuatro cada Euro que invirtamos. ¿Les suena este milagro?

 


Texto | Chibus
Foto | Miguel Darco