prohibido prohibir

Al final los innombrables han demandado a Julio Alonso por aquel artículo sobre el Google-bombing publicado en 2004 y que él se negó a retirar de su blog después de que un amenazante burofax de la SGAE le conminara a hacerlo.

Tenéis toda la información en el artículo Demandado por la SGAE en Merodeando, el blog de Julio Alonso. Aquí solamente dejo una cita de un artículo de Raúl Hernández sobre este asunto, artículo que no es más que una de tantas y tantas opiniones de las que estos días podéis encontrar en internet, pero al que os invito a leer completamente para que comprobéis la dificultad de enfrentarse a este «ente todopoderoso», que incluso parece sobrenatural, y que cuenta con poderosísimos apoyos que hacen que el futuro en estos asuntos cada vez lo vea más oscuro.

De todas formas, y hablando en términos generales (y con esto quiero decir de forma expresa, potenciales abogados de la SGAE con ganas de demandarme, que no me refiero en concreto a la SGAE, es decir, que no tengo una intención difamatoria ni pretendo realizar una intromisión en el honor de la SGAE), creo que si no te gusta que te llamen algo, lo mejor es empezar por no hacer cosas que puedan merecer ese calificativo. Ya dice el refrán eso de “cuando el río suena… agua lleva”.

Foto | Luis González