Stefano Bertolo Barcelona

Querido Pueblo Español, siento comunicarles que debido a mi ignorancia, solo el título irá en catalán. Una vez que utilicé el traductor del Google para presumir un poco, provoqué todo lo contrario de lo que pretendía y tuve que pedir perdón por ello.

Siempre estaré agradecido a mis maestros, profesores y entrenadores por todas las enseñanzas recibidas, pero entre ellas no estuvo la del catalán. En su día estaba prohibido, no entraba en el “curriculum escolar”, y ahora que está permitido debo dedicar todos mis esfuerzos vitales para sobrevivir a esta gran crisis.
Como ustedes comprenderán, todo este rollo “personal” viene a cuento por el revuelo levantado en torno a si los catalanes son queridos u odiados por el resto del Estado.

En principio habría que advertir la maldad de la premisa anterior ya que en todo caso se debería haber formulado de otra manera; por ejemplo: ¿el pueblo catalán es querido u odiado por el resto de pueblos de la Península Ibérica sin tener en cuenta a Portugal?. De momento, españoles somos todos, también los catalanes. Aún recordamos que los “hunos” y los “hotros” querían un idílico Estado Ibérico.

Una vez pasado el primer mal trago, lo siguiente es hacer una reflexión general a través de las propias vivencias. En Castilla-que para todo aplicamos nuestros refranes- diríamos aquello de: “Cada uno cuenta la feria como le va en ella”.

Y a mí, salmantino entre Helmántica y Torresmunitis, siempre me ha ido muy bien en Cataluña y con los catalanes, y por tanto, no puedo ser del todo imparcial.

Tuve la fortuna de hacer la mili muy lejos de la tierra natal y lo mejor que me pudo pasar fue haberme encontrado con jóvenes de la misma edad y de toda la geografía española –Jordi, supongo que ahora seguiremos siendo de la misma quinta-

Yo sufría porque mis amigos vascos que no tenían “enchufe” -esto del “enchufe” es un denominador común español- los metían en los peores destinos y les hacían pagar injustamente los “platos rotos” del terrorismo de ETA. ¿Cómo sentirse españoles?

Allí pude comprobar que cada catalán es un mundo. Por ejemplo, yo no soy “nacionalista” porque un catalán -más preparado que yo- me dijo que eso es un “cuento” de algunos para beneficiarse de otros. Me comentó que “nacionalistas” los hay en todos los sitios y que su visión era más “universal”. Hoy comprobamos que los “nacionalistas” castellanos piden hacer “boicot” a todo lo catalán aunque muchos de nosotros perdamos el trabajo. ¿Cómo sentirse españoles?. Panrico, Fagor o Pescanova somos todos. ¿Y Madrid, es ya el paraíso fiscal? ¿Y la T.V.E.?

El Universal D. Miguel de Unamuno-vasco y salmantino – nos dejó en herencia aquello de: “lo que tienen hacer los catalanes es catalanizar España y los vascos, vasconizarla y los castellanos, castellanizarla y así sucesivamente. Y ahora podemos añadir, sólo quienes tienen miedo a competir buscan la confrontación y huyen de la realidad. Cataluña sin España será más pobre y España sin Cataluña, también, dijo Ernest Lluch, otro gran catalán que llevaba la Escuela de Salamanca por el resto del mundo.

 


Texto | Chibus
Foto | Sagrada Familia por Stefano Bertolo bajo licencia CC BY-NC-SA 2.0