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Afirma un licenciado de la UNED que ha estado investigando al Octopus Vulgaris Paul para hacer predicciones económicas debido a sus aciertos en el pasado mundial de fútbol. Este sesudo señor ha constatado que Paul nació en 2008 en el seno de una familia Octopodidae en el Atlántico Oriental. Al morir su madre, su padre lo registró al llegar a Wymouth -sur de Inglaterra-. Tiene ocho pies y cada pie su propio cerebro y además otro cerebro que organiza todo el cuerpo. Con tanta masa cerebral, su coeficiente intelectual es máximo y la memoria, comparada a la de los elefantes. Aprende con celeridad, a sus dos años sabe más que los ratones colorados. Prefiere ver a escuchar. Su mirada es profunda y hace oídos sordos a todo menos a los pentagramas de la música Brick. Se enamoró de Ariane, Octopusa celta, pero su timidez le impidió declararse y se dedicó a seguirla allá donde iba. Y sus ocho pies lo llevaron a Oberhausen -Alemania-. Con su extraordinaria fuerza física y mental, pronto conquistó a los alemanes, haciendo sus preferencias por este País para conseguir su nacionalidad, requisito imprescindible para contraer nupcias. Cuando otro pulpo primo suyo le dijo que la había visto en O Carballino -Galicia-, cambió sus preferencias por España. Para no caer en falta de pruebas, nuestro profundo catedrático pidió información al Instituto de Investigaciones Marinas, el cual, le trasladó que Paul era daltónico y no distinguía colores. Ante tanta información contrastada, hizo públicos sus resultados: No utilizaría a Paul como oráculo ya que se mueve más por amor que por dinero o banderas. Por ello lo ha dejado tranquilamente descansando en Playa América -Panxón-Rías Baixas-, suspirando por ver pasar a la bella Ariane. Cuando el viejo castellano leyó esta historia, dijo en voz baja: Siempre tiran más dos tetas que dos carretas.

 


Texto | Chibus
Foto | Jesse Gerardo