Museo de Historia de la Automoción de Salamanca

En el Museo de Historia de la Automoción de Salamanca presenciamos ayer un bonito “pique” cultural al inaugurarse una exposición sobre el oficio de carrocero, cedida por la familia Capella de Barcelona. Desde el diseño y fabricación de tartanas o diligencias hasta el chasis de los Hispano-Suiza, este apellido brilló con luz propia y trajo la modernidad que España necesitaba a finales del siglo XIX, y los “catalanes sacando pecho”. Pero el diablo enreda y una inocente pregunta modificó el curso de la reunión: ¿De dónde salió el primer vehículo a motor?. Rápidamente, salió aquello de, en Barcelona. Pues no, el primer vehículo a motor en España fue el “Locomóvil Castilla” -1860-. De Inglaterra, llegaron a Pucela tres vehículos que podían rodar sin necesidad de rieles: cuatro ruedas macizas, caldera de vapor, sistema de trasmisión, 10 caballos de potencia, 50 kilos de carbón a la hora, velocidad máxima 15 Km/hora y uno de ellos bautizado como “Castilla” hizo el viaje de Valladolid a Madrid; cuatro persona tardaron 20 días en recorrer 200 km-una diligencia tirada por caballos lo hacía en dos-. El ingeniero Pedro de Ribera, su artífice, y, claro, los castellanos “sacando pecho”. Lo que en ese momento no sabían es que este Señor era natural de Tortosa (Tarragona) y que el primer vehículo original español fue presentado en Madrid por el Valenciano Valentín Silvestre en 1855. Viva la sana competencia, auténtico motor de España.

 


Texto | Chibus
Foto | Darco TT