Hammer-Aitov_Projection

Todos los sistemas económicos, nacen, crecen, se desarrollan y se transforman, nunca mueren del todo. Los dos modelos preponderantes del siglo XX llamados comunista y capitalista llegaron a su cénit y después cayeron, uno con el muro de Berlín y el otro con las Torres Gemelas. Los primeros países que sufrieron sus graves consecuencias fueron los “satélites” de Rusia y ahora nos está tocando a los “satélites” de EEUU. Nadie puede evitarlo. El nuevo modelo, que podría denominarse “econométrico”, está dirigido por máquinas frías y calculadoras cuyos programas han sido diseñados por matemáticos sin formación humanística, quienes a través de medios informáticos y de comunicación solo calculan la eficiencia de los mercados financieros. La información que suministran es aprovechada por especuladores que apuestan a que un país “cae” y a la vez compran sus bonos a precios de usura. Todo este nuevo sistema se basa en las teorías emanadas por la Escuela de Chicago. A través de “rating” y “ranking” unos pocos manejan los fondos de inversión y de pensiones especulando brutalmente contra las deudas soberanas. Los gobernantes se echan la culpa unos a otros pero son incapaces de desenchufar la máquina glotona.

 


Texto | Chibus
Foto | Lars H. Rohwedder [GFDL, CC-BY-SA-3.0], undefined