iglesia con ropa y mujer

 

A Doña Felisa intentamos convencerla para que tendiera su ropa blanca en otro sitio, y ella decía que sí, que bueno, que vale, que ella sabría, y luego se callaba. Pero a la semana siguiente seguía buscando la misma pared, la que en el interior ocupaba la Inmaculada

 


Foto | Manuel H