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REPOBLACIÓN NECESARIA

Más allá de planes estratégicos, más allá de las mesas de observación de la población, más allá de estadísticas oficiales y extraoficiales, Castilla y León necesita con urgencia una repoblación para que pueda seguir siendo región autónoma.

Actualmente en Castilla y León somos 2,5 millones de personas y en los últimos años somos la Región que más población ha perdido. Tenemos menos densidad de población que algunas partes del desierto del Sahara. Ya ocupamos el triste liderazgo de menos habitantes por kilómetro cuadrado de la Unión Europa. Nuestra economía no es suficiente, nuestra decadencia dura más de 40 años. Necesitamos un cambio radical para recuperar un mínimo tono vital. El reto sería duplicar la población en los próximos diez años. ¿Cómo conseguirlo y cómo financiarlo es nuestro problema?

Si nos referimos a Salamanca, en Enero de 2013 éramos 345.548 censados pero solo en un año hemos perdido 5.016 habitantes, la mayor pérdida de Castilla y León, superando incluso a provincias como Zamora o Soria. Es decir, Salamanca somos campeones en pérdida de población, el record más triste en economía. El reto sería el mismo de la Región: duplicar la población en los próximos diez años.

Solución: A estas alturas solo cabe una: Repoblación. Repoblación humana, vegetal y animal. Duplicar la población humana, vegetal y animal en diez años.

Organización territorial: Copiar de los antiguos Sexmos. Dividir la provincia en seis partes y en cada parte un núcleo que se encargaría de su territorio. Por ejemplo: La capital y el alfoz. Béjar, Ciudad Rodrigo, Peñaranda, Vitigudino y Lumbrales.

Repoblación humana con personas afines a nuestra cultura, lengua y religión para que se acoplen rápidamente. Estamos pensando en nuestros hermanos de América. Vendrían de forma organizada con un proyecto individual por familia. Un ejemplo, viene una familia con cuatro miembros, el padre, la madre y dos hijos menores. Esto es fácil de conseguir ya que muchos vinieron cuando la economía iba bien, es decir aún existe esa necesidad, han sido bien tratados pero se tuvieron que ir.

El padre trabajaría en la plantación y cuidado de bosques, cobraría un sueldo de 1.000 euros y tendría acceso a una vivienda con un alquiler de 250 euros. Este sueldo vendría de los fondos de la PAC dedicados al mundo rural y que hasta ahora van a parar a propietarios de tierras que no viven del sector primario y que destinan estos fondos a todo menos a crear riqueza en nuestra Provincia. Además de los fondos de la Pac habría que reclamar fondos contra la desforestación ya que el segundo reto sería convertirnos en “reserva de la biosfera” para cumplir con los acuerdos de Kioto.

La madre, si quisiera, podría trabajar en temas relacionados con la tercera edad ya que en este epígrafe batimos todos los record. Los hijos irían a las muchas escuelas que están cerradas o a punto de cerrar por falta de niños. Se abrirían los centros de salud, los comercios y las pequeñas empresas tendrían mayores posibilidades. Si en la Edad Media se hizo, ahora con otros medios, se puede conseguir más fácilmente. Las políticas del “cuantos menos seamos a más tocamos” “no molan”.