La infraestructura que Salamanca necesita es un gran proyecto sobre el Río Tormes desde que nace hasta que desemboca. Imaginen que la Junta y el Estado cogestionan esta cuenca y deciden disponer como espacio público diez metros desde la última crecida, y sobre él una gran ruta verde. Copiando del Camino de Santiago, el nuestro sería incluso más bonito. Cada cinco kilómetros un mesón donde el caminante, el ciclista o el caballista puedan reponer fuerzas o pasar la noche. La familia que se adjudique el mesón se haría cargo de la inversión con un modelo sostenible a través de energías limpias y recibiría ingresos públicos mensuales a cambio del cuidado y limpieza de sus cinco kilómetros. El mesón contaría también con restaurante y tienda para vender productos de calidad de nuestra zona. Estas rutas tendrían nombres propios para recorrer cada día, se podrían llamar: Ruta de Santa Teresa, de Fray Luis, de Miguel de Unamuno, del Lazarillo. Con zonas aptas para el baño. Esta gran infraestructura atraería turismo de calidad con pernoctaciones superiores a siete días, beneficiaría a la agricultura, la ganadería y la industria agroalimentaria local y a las casas de turismo rural de toda la vega. También vendrían más estudiantes de español durante el verano. Se financiaría con fondos de la UE, del gobierno central, autonómico, local y también dinero privado. ¿Vale?
