Foto de Manuel Holgado

Que el ayuntamiento de Salamanca no cree en los planteamientos de fondo que desde hace años alientan la celebración en muchas ciudades del mundo del día sin coches el día 22 de septiembre es algo que podemos comprobar diariamente en nuestras colapsadas calles los 364 días restantes del año. Pero que este año el ayuntamiento haya decidido premiar con una tarjeta monedero, impersonal y utilizable por terceras personas, de varios euros de valor, precisamente a aquellos conductores que utilicen el coche los días 21 y 22 y contribuyan a colapsar el centro de la ciudad es una ocurrencia tan estrambótica que sólo puede engendrar un ayuntamiento como el nuestro.

Evidentemente los conductores recompensados por la utilización de su vehículo particular no van a cambiar de hábitos al día siguiente por el hecho de que les regalen una tarjeta monedero que se merecían más quienes utilicen la bicicleta o vayan a pié en sus desplazamientos. Si hasta ahora era evidente que el consistorio no tomaba medidas serias contra el abuso del uso del coche en los desplazamientos urbanos, muchos de ellos de menos de 2 km., el regalito de unos euros a los conductores de vehículos contaminantes es al menos un acto de sinceridad por parte de los responsables de tráfico y medio ambiente de Salamanca. Están dando a entender que realmente no les interesa el fomento de una movilidad sostenible y menos contaminante, si no que conciben esta ciudad como un auténtico paraíso para el coche individual, el ruido, el veneno en la atmósfera y la agresividad hacia los osados ciudadanos que se atreven a usar los pies para desplazarse, especialmente los niños y los ancianos que cada día se juegan la vida en el intento.

Ángel Sánchez Corral
miembro de Ecologistas en Acción de Salamanca


Foto: Manuel Holgado