conservatorio superior de música de Salamanca

El día 21 de Junio de 1.982 el Ministro de Cultura francés Jack Lang  se inventaba el “día de la música” y desde entonces se celebra en más de 250 países del mundo culto y civilizado.

En Salamanca, como preludio de este gran día, el Conservatorio Superior de Castilla y León nos deleitó con un gran concierto. En su  primera parte se interpretó a Mozart -Sinfonía Obertura K.318- y en la segunda a Mahler -Sinfonía nº 1 “Titán” -¡dios, que segunda parte!-. Muy bien dirigidos por  el joven Rubén Gimeno -¡dios que palmarés de triunfos para su edad!- la Orquesta al unísono puso alma y corazón.  Lejos quedaba aquel otro concierto de  21 de Enero de 2008 –inicio de la gran crisis- en el que otra Orquesta-cuyo nombre es mejor no citar-,   puso el estómago, tocó y salió corriendo para llegar justo a la hora de la cena.

Pero como el diablo todo lo enreda -no olvidemos que es su oficio-, antes de tocar pieza alguna, una representación de los alumnos de este magnífico Conservatorio leyó un manifiesto en el que se denunciaba la falta de profesorado así como un déficit económico en la gestión del mismo. A mi lado escuché bajito, “están liquidando lentamente la educación y la cultura”… estos acaban con todo… ¿quiénes pensé yo?

Como esta historia se repite en Salamanca y sus ciudadanos pareciera que están “anestesiados” y con la sangre “coagulada” -al finalizar el juvenil discurso- un grito, solo uno, se oyó en el CAEM: ¡¡¡esto no pasa en Valladolid”!!! … y el mismo fue respondido por un solo aplauso… solo uno… pero era el grito de Munch-lo colores chillaban, la música silenciaban…¿se imaginan Viena o Andalucía sin música?

Pero este escrito no es para melómanos ya que se dirige a nuestros especuladores y políticos. Cada euro que se quita a este Conservatorio, Salamanca pierde tres. ¿Se imaginan qué pasaría en las economías de Valladolid y Burgos si la Junta quitara las subvenciones a la Renault?.

Esta infraestructura cultural y económica deja más de tres millones de euros al año que se reparten los propietarios de  pisos, el pequeño “súper” de barrio, los bares y restaurantes, las salas de cine, los museos. Y si alguien no lo cree…repasemos cifras: Cada alumno se gasta una media de 250 euros en alquiler, otros 250 en comida y bebida y otros 300 en cine, ocio y cultura. A esto añadimos que vienen a verlos-la mayoría son de fuera- cuatro familiares y tres días de media. Es decir, cada alumno aporta a la economía local-la de los charritos- unos 1.000  euros al mes. Especuladores salmantinos, políticos salmantinos, silenciosos salmantinos, no permitamos que la Junta de Castilla y León quite más fondos públicos a Salamanca. Ante esto solo queda un grito único salmantino: ¡¡¡basta ya!!! -¿se oye?… o tenemos que ir a gritarlo a Valladolid.

 


Texto | Chibus
Foto | Ratziel