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La “OIT” es la Organización Internacional del Trabajo creada en 1919 como parte del Tratado de Versalles que puso fin a la Primera Guerra Mundial. Fue creada de forma “tripartita” entre Gobiernos, Empresas y Trabajadores y participaron nueve países. Nació bajo la convicción de que la justicia social es esencial para alcanzar la Paz. El preámbulo de la Constitución de la OIT dice que “las altas partes contratantes estaban movidas por sentimientos de justicia y humanidad”

Anteriormente ya había existido la Asociación Internacional para la Protección de los trabajadores fundada en Basilea 1901. El nacimiento de esta Asociación fue “liderado” por los empresarios Robert Owen (galés) y Daniel Legrand (francés).

La llamada “justicia social” tenía mucho que ver con salarios dignos, horas de trabajo y duración máxima de cada jornada, protección a niños, jóvenes y mujeres, protección frente al desempleo, la jubilación, la libertad sindical y formación continua y muchos derechos más que sirven para no considerar como “mercancías” a los trabajadores/as.

España forma parte de la OIT desde 1919 pero existió un periodo de no aplicación del convenio entre 1941-1956 por el “aislamiento” de nuestro País. Hasta 1976 las relaciones OIT/España estuvieron cargadas de muchas “dificultades y tensiones”, posteriormente forma parte de nuestro ordenamiento jurídico desde la propia Constitución en su título I, artículo 10, punto 2 y en el capítulo segundo, sección segunda “de los derechos y deberes de los ciudadanos” artículo 35: “todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión y oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo…¡¡¡casí na!!!.

Pero llega la crisis y con ella se hace añicos lo pactado en la Constitución, el paro supera los cinco millones de trabajadores, la “reforma laboral” se hace entre el Gobierno y la Patronal excluyendo a la parte Laboral. La “Troika” ordena hacer reformas estructurales pero la única que realmente se hace es la del “trabajo”.

Los resultados de la llamada “liberalización y flexibilización laboral” son de sobra conocidos: se extinguen más de cuatro millones de empleos consolidados para crear tres y medio en el “aire”. Los salarios no son suficientes para satisfacer las necesidades básicas de las familias. Los trabajadores/as no se sienten protegidos y tienen que hacer millones de horas extraordinarias “negras” que no se pagan ni cotizan a la Seguridad Social. El Subsidio de paro no cubre a más del 50% de los parados. ¿Alguien da más?.

Y llega el “banquero azul”, uno de los componentes de la “troika nacional” y en la publicación de sus “resultados” defiende las reformas emprendidas y alerta de “movimientos populistas” cuando dicha Entidad es “líder” en “horas negras”.

Y llegan las elecciones y se crean exámenes para “listas” de empleo en nuestra Diputación y se cobra una “tasa” para poder acceder a dicha “oferta laboral”.

En fin, necesitamos un nuevo “Congreso Internacional de Trabajo” y si nuestros Sindicatos fueran listos ya estaría pidiéndolo bajo el amparo del VIII Centenario.

 


Texto | Chibus