La Iglesia Católica dedica el día 29 de Septiembre a San Miguel. Trasteando por aquí y por allá encontramos que este santo era uno de los siete arcángeles cuya misión fue la de derrotar a Satanás y a sus seguidores echándolos del cielo con su espada de fuego. Literatura en estado puro. Aprovechando el calendario, los salmantinos debiéramos dedicar el día a la pluma, dejando a otros la espada, y para ello nada mejor que un gran homenaje a tres grandes migueles: Miguel de Cervantes, Miguel de Unamuno y Miguel Delibes. Los tres hicieron grande nuestra lengua y cultura, sin ellos, nuestro presente y futuro sería más pobre en todos los sentidos. Si Salamanca es una ciudad económicamente débil, aún puede ser fuerte en cultura por tanto legado recibido de hombres como estos y mujeres como Celestina. Si Cervantes dijo que Salamanca “enhechiza” la voluntad de volver a ella, Unamuno nos sentía como a su propia piel y no olvidemos que Delibes fue nombrado doctor honoris causa en Biología por su compromiso ecologista y defensor de nuestras zonas rurales. Con este homenaje conjunto, nuestro don Miguel estaría muy orgulloso, y para ello, nada mejor que un gran acto académico y popular de Salamanca: Di tú que he sido, y yo, lo digo.
