¡Qué viene el lobo!

Siempre me ha gustado ese cuento popular del lobo y el pastor. Es un cuento con una moraleja aplicable a infinidad de situaciones, situaciones de mentira, de engaño, pero también de ¡te lo avisé y no me hiciste caso! Este último es el que yo aplicaría al cuento de las hipotecas, las inversiones inmobiliarias y la burbuja inmobiliaria (en este caso, el lobo del cuento) Cuantas charlas de taberna con este tema de fondo no habrá habido en los últimos tiempos, y cuantas situaciones absurdas no habremos visto a costa de esa excelente inversión que hasta ahora ha sido el mercado del ladrillo.

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